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El municipio restituyó el busto del Dr. Arturo Oñativia

Se encuentra en la plazoleta homónima, ubicada en calle Las Heras y Pasaje Zorrilla. El busto fue realizado en bronce por los artistas Alexander Guerra y Hugo Quispe.

La Municipalidad de Salta, a través de la Secretaría de Turismo y Cultura, restituyó el busto del Dr. Arturo Oñativia, ubicado en la plazoleta de calle Las Heras y Pasaje Zorrilla.

La obra fue ejecutada por el artista Alexander Guerra y fundido en bronce por Hugo Quispe.

Al respecto, Fernando García Soria, secretario de Turismo y Cultura dijo: “Es importante poder realizar esta acción como símbolo de homenaje al Dr. Oñativia, que fue un servidor público, haciendo de la medicina y la docencia un servicio para los demás”.

El acto contó con la presencia de descendientes de Oñativia, funcionarios municipales y provinciales, dirigentes locales de la UCR y público en general.

Sobre el Dr. Arturo Oñativia

Arturo nació el 16 de abril de 1914 en Salta, siendo el tercero de cinco hermanos, fruto del matrimonio de José María Oñativia y Delicia Moreno Boedo. En su ciudad natal cursó sus estudios secundarios en los colegios Belgrano y Nacional de Salta.

Posteriormente, estudió Medicina, su primer año en la Universidad Nacional de Rosario y, seguidamente, en la Universidad Nacional de Buenos Aires. Se recibió de médico a los 26 años, tras defender su tesis sobre “Estudio Clínico del Síndrome Adiposo Genital”.

Creó el Instituto del Bocio, posteriormente de Endocrinología, con el objeto de reducir y controlar esta enfermedad que afectaba a gran parte de la población de la región precordillerana, muy especialmente el NOA donde contaba con una prevalencia mayor del 40% de niños en edad escolar y en otras regiones del Valle de Lerma ascendían a casi 100%.

Hasta el día de hoy, el Hospital Oñativia es un referente y modelo respecto a la organización hospitalaria, en la calidad de atención a sus pacientes, la producción científica y en la capacitación de su personal.

A partir de su trabajo como médico, docente e investigador, y a la luz de sus virtudes: de ciencia, honradez y generosidad, fue respetado y admirado por quienes lo conocieron.

Se sirvió de la política para mejorar la salud y calidad de vida de las personas, sobre todo trabajando en pos de los más desfavorecidos; y en defensa de la salud y la educación como derecho y no como mercancía.

 

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