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Museo de la Ciudad Casa de Hernández: a 33 años de su primera muestra 

La Municipalidad de la ciudad de Salta celebró los 33 años de la inauguración del Museo de la Ciudad «Casa de Hernández», que abrió sus puertas al público con su primera muestra, el 4 de agosto de 1988.

El acto contó con la participación de la banda de música municipal “25 de Mayo” y de la Academia “Tradición Salteña” y se hizo entrega de los certificados a las asociaciones y artistas que participaron en el ciclo “Vacaciones en la Ciudad”.

«Estos 33 años son muy importantes porque marcan el inicio de esta casa como Museo de la ciudad. Un lugar que está llamado a contar y ser testigo de lo que pasa en la ciudad, por ese motivo en este aniversario hablamos de lo que se proyecta como futuro de esta casa ya que como pidió la intendenta, Bettina Romero, tiene que ser un lugar de encuentro para los vecinos salteños y turistas, en donde puedan encontrar historia y conocer lo que sucede en la ciudad , con su dinámica de crecimiento diario”, indicó Fernando García Soria, secretario de Cultura y Turismo.

El funcionario agregó que “es una de las casonas más lindas que tenemos en la ciudad con arquitectura tradicional, es monumento histórico nacional y tenemos la intención de trabajar para que sea un punto neurálgico, un punto de encuentro» afirmó.

El Museo de la Ciudad durante muchos años fue una propiedad privada, hasta que en 1977 fue expropiado por el gobierno nacional y declarado Monumento Histórico Nacional en 1979.

Su patrimonio se fue generando año a año a partir de donaciones de objetos pertenecientes a los vecinos de la ciudad, con el fin de ser un espacio de resguardo de la memoria colectiva y preservación de la identidad regional. En sus salas cuenta con exposiciones permanentes que muestran la vida cotidiana, la arquitectura, la vestimenta, los gustos e intereses de los habitantes de Salta a lo largo de su historia, y también presenta aspectos modernos y contemporáneos con diferentes propuestas de muestras temporales y eventos culturales.

Participaron del acto, el secretario de Cultura y Turismo de la ciudad, Fernando García Soria; Violeta Barrabino en representación de la Jefatura de Gabinete; el subsecretario Juan Manuel Contreras, la directora de Contenidos de los Museos de la Ciudad, Gracia Martínez Arias; la responsable del  Museo de la Ciudad, Patricia Nieva; el jefe de Departamento de Casona Histórica de Castañares Julio Álvarez. También acompañaron directivos de Cultura de la Municipalidad: Rolando Arias, Andrés Sierra y Luciana Chiozzi

Historia

La casa fue construida a fines del siglo XVIII, para vivienda y negocio y es erróneamente conocida como Casa de Hernández.

Entre 1789 y 1828 tuvo varios dueños, en un principio perteneció a Doña Petrona Rodríguez Peñalva y después pasó a manos de Don Juan Francisco Echais y Don Victorino Solá y Cía. La única referencia de “Hernández” es la del pulpero Don Antonio Hernández, que vivía en Florida y Alvarado, pero en la vereda de enfrente de la vivienda.

Esta casona fue alquilada durante algunos años para locales comerciales en la planta baja y usada como vivienda de alquiler en los altos. El siglo XX trajo consigo a los inmigrantes sirios, los hermanos Masri, quienes la adquirieron y la mantuvieron en alquiler.

La casa es un referente de las transformaciones sociales que se sucedieron en el siglo XX con el ingreso e inserción de la inmigración. Su historia, y la de todos los actores que han vivido allí, se convierte en la historia de la sociedad, alternativa e inclusiva, que enriquece la imagen tradicional de la Salta Hispánica.

Arquitectura

Presenta esquinas geminadas en el sector dedicado al comercio. El ingreso a la vivienda se realiza por un amplio zaguán cuya entrada está enmarcada por pilastras con un arco polilobulado. Un pórtico similar se encuentra en el interior comunicando la gran sala con el patio.

En 1789 fue modificada. Se plantearon techos de caída libre, con el mismo criterio se construyeron paredes transversales con paneles de cañas revocadas con barro. En el sector sudeste se había construido también una habitación con techo plano o de azotea. La carpintería de madera, de gruesas proporciones fue continuamente modificada con la influencia de los siglos XVIII y XIX. La doble puerta esquinera es original y ha sido restaurada, al igual que el balcón esquina.

Modificada nuevamente en el siglo XIX, se organizaba alrededor de un patio principal pavimentado con lajas irregulares. La escalera que conducía a planta alta se conectaba a un balcón corrido y techado por dos de sus lados, que hacía a veces de pequeña protección en planta baja.

La planta baja está realizada con muros de mampostería mixta de ladrillos y piedras con mortero de cal y arena. Sobre la calle Alvarado, se encontraba una hornacina que daba a la penúltima sala. Las fachadas están rítmicamente perforadas por puertas con dinteles rectos en dos plantas, reemplazando las ventanas.