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El pueblo de Salta renovó el Pacto de Fidelidad con sus Santos Patronos

Más de 800.000 personas participaron hoy de la procesión en honor al Señor y a la Virgen del Milagro. A la celebración asistió el intendente Gustavo Sáenz. Durante la homilía, el arzobispo de Salta, Mario Antonio Cargnello, afirmó que la Argentina está en los corazones de todos, llamó a la unidad, remarcó la importancia de reencontrarnos e hizo una especial convocatoria a los jóvenes.

Con profundo fervor, más de 800.000 personas participaron esta tarde de la procesión en honor al  Señor y a la Virgen del Milagro. Salteños, peregrinos y visitantes de otras provincias tomaron parte de la celebración, que año a año convoca a una devota multitud y durante la cual el pueblo renovó su amor a nuestros Santos Patronos Tutelares.

La masiva procesión dio inicio poco antes de las 15.30, con la salida de la Cruz Primitiva desde la Catedral Basílica, luego lo hizo la imagen de la Virgen de las Lágrimas y momentos más tarde hizo su salida del templo mayor, la Virgen del Milagro y, posteriormente, el Señor del Milagro. El arzobispo de Salta, Mario Antonio Cargnello, encabezó la caminata, delante del Señor, mientras que el intendente Gustavo Sáenz, se ubicó detrás de la Virgen.

La ferviente multitud realizó el recorrido por las calles de la ciudad  hasta culminar en el monumento 20 de Febrero, lugar donde se ofició una invocación religiosa, que estuvo a cargo de monseñor Cargnello. Durante la homilía, el arzobispo llamó a la unidad de los argentinos,  remarcó la importancia de reencontrarnos y se pronunció a favor de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas.

“Nadie es la patria, pero todos lo somos”, dijo el obispo, recordando las palabras de Jorge Luis Borges, y afirmó que la Argentina está en los corazones de todos. En su mensaje, entre otros conceptos, manifestó que “La Argentina está en el corazón de los funcionarios que son capaces de decir la verdad, de decidir con prudencia y audacia, de dar ejemplo de austeridad y fraternidad”, sostuvo, y pidió: Mirad a los más pobres y darles más prioridad”.

Expresó además que la Argentina es una llamada, “una provocación a crecer, a darnos, porque es una llamada a cultivar la pasión por la verdad. La Argentina es una casa de puertas abiertas. La Nación nos llama a todos”, aseguró, y añadió que “sólo el diálogo respetuoso, fundado en la verdad, nos permitirá seguir adelante. No nos clausuremos en nuestros propios intereses. Que la solidaridad sea nuestro modo de hacer historia”.

Durante la homilía, hizo también una convocatoria especial a los jóvenes y les dijo “abran sus corazones a Cristo, apuesten al servicio y a la reconciliación. Anímense a comenzar juntos un tiempo nuevo que no tolere desaparición alguna, ni de las personas ni de las leyes que deben cuidar a las personas. Digan no a la mentira y a la violencia”, expresó.

Tras las palabras del prelado, el pueblo emocionado y conmovido renovó el tradicional Pacto de Fidelidad con el Señor y la Virgen del Milagro. Y una vez más, como ocurre todos los años, la multitud repitió: “nosotros somos tuyos y tú eres nuestro”. Minutos después, y con los pañuelos blancos en alto, los presentes despidieron las sagradas imágenes que comenzaron su camino de retorno a la Catedral, donde se ofició la Misa del Peregrino.

Participaron también de la procesión, el gobernador Juan Manuel Urtubey; el vicegobernador Miguel Isa; el secretario General de la Municipalidad, Juan Carlos Villamayor; el secretario de Modernización, Martín Güemes;  la subsecretaria de Coordinación General de Museos de la Municipalidad, Elena Cornejo; el presidente del Concejo Deliberante; Ricardo Villada; legisladores y concejales, entre otros.